LA MALDICIÓN DEL GATO NEGRO
Diana Acosta Gil
Los gatos han sido fuente de inspiración para innumerables relatos, mitos y supersticiones que han trascendido épocas y generaciones hasta hoy. Por ello, han sido víctimas de la infinita ignorancia del ser humano y de los diferentes rasgos culturales que han sobrevalorado o contrariamente condenado sus capacidades y características.
En un mundo aparentemente desarrollado y en constante evolución es increíble encontrar aún personas que consideran los gatos negros como símbolo de malos presagios; paradójicamente, para otros es sinónimo de alegría, compañía y funcionalidad. Yendo un poco más allá encontré que las constantes asociaciones ambiguas que se le dan a este particular felino se remontan al pasado comenzando en el antiguo Egipto.
Fue esta civilización la primera en domesticar estos felinos: se le rendía tributo a este animal como símbolo de divinidad. Estaba prohibido matar a un gato, y la muerte era el castigo por hacerlo, era tanto el respeto que existía por este animal que cuando el gato moría los egipcios se afeitaban las cejas en señal de duelo. [1] Luego embalsamaban y momificaban sus cuerpos y eran enterrados en pequeños ataúdes con su forma. El gato era un símbolo sagrado, estaba considerado como la reencarnación de los dioses en el trance de comunicarse con los hombres y manifestarles su voluntad. [2]
Los egipcios creían que la diosa Bastet podía habitar en el cuerpo de los gatos. Esta diosa se presentaba como una mujer con cabeza de gato o como un gato. Representaba la personificación de los rayos del Sol y ejercía sus poderes benéficos. Estaba asociada a la luna y protegía los nacimientos y a las embarazadas de las enfermedades y los malos espíritus. En honor a Bastet las egipcias usaban los ojos rasgados como una imitación de los ojos de la diosa y para seducir a los hombres. Cuenta la leyenda que los persas sabían cómo eran considerados los gatos en Egipto y haciendo uso de esta información sostenían gatos frente a sus escudos, los egipcios eran capaces de rendirse antes de lastimar a alguno. Así fue como perdieron a la ciudad de Pelusio (actual Puerto Said). Los griegos y los celtas también aducían características benditas a este animal.
Los gatos gozaron de una existencia más que placentera hasta que la Iglesia, hacia mediados del siglo XIII, comenzó una terrible persecución contra ellos, considerándolos como símbolo del diablo. La inquisición y la Iglesia armaron cruzadas en su contra, asociándolos con brujas, ya que se creía que eran la metamorfosis de éstas [3].
A partir de entonces, se comenzó a ver a los gatos negros como símbolo demoníaco. Simbolizaban la encarnación de Satán y si algún adepto poseía un gato negro aparecía como un adorador del diablo.
Este es el tema de uno de los episodios de la película “Historias del lado oscuro”. Esta cinta basada en una serie del mismo nombre y dirigida por John Harrison, hace parte de la gran cantidad de películas de terror filmadas en esta época, cargada de esa interesante tensión y de un fino humor negro como elementos importantes para aportar a la evolución del cine oscuro.
En la película, un niño secuestrado por una mujer le relata unos cuentos de terror para retrasar el momento de ser asado por esta en el horno. Así la cinta cuenta con tres historias conectadas a través de una cuarta, sencillas y bien logradas, basadas en relatos de reconocidos escritores como Arthur Conan Doyle, Stephen King o George A. Romero.
Con una cuidadosa pero simple escritura del guión, un diseño de fotografía impecable, y una hermosa iluminación clásica, EL GATO DEL INFIERNO escrita por Stephen King y adaptada por George Romero, cuenta la historia de un viejo rico lisiado, quien contrata a un asesino para matar a un gato negro, que para el viejo es una criatura diabólica. El asesino cree que es un trabajo fácil, pero encontrará más de un inconveniente en su misión.
El gato del infierno es una recomendable opción para disfrutar de una secuencia diferente, fresca, clásica con interesantes recursos visuales como la vista subjetiva del gato mostrada en un color sepia violeta, las elipsis que muestran la imagen con un filtro azul para indicar el pasado, como en la secuencia en que el viejo al atravesar un pasillo cambia de momento en el tiempo, pero no cambia de espacio. Está también el uso de técnicas del teatro donde la puesta en escena adquiere matices diversos dependiendo de la funcionalidad del clima necesario que se quiere mostrar, como vemos en la secuencia en que el viejo le cuenta al asesino como el gato mató a su hermana; vemos a estos hablando en un primer plano y atrás el cuerpo de ésta, la imagen en azul (pasado), en sobreexposición de imágenes se apaga quedando solo en el encuadre el primer plano de los dos personajes hablando.
También los interesantes efectos especiales bien logrados para la época (1990), por ejemplo en la penúltima escena del episodio, la forma en que el gato acaba con su verdugo y se mete en su cuerpo por su boca, para permanecer ahí escondido hasta el otro día, es impresionante y poco predecible, con componentes literarios presentes muy usados para este tipo de relatos. Desde un plano de interrreferencialidad, si leemos la obra de Edgar Allan Poe podemos encontrar en el relato de “El gato negro” una similitud con esta historia, o en la historia misma la forma en que el gato se esconde en el cuerpo del asesino para esperar paciente a que llegue su dueño y matarlo, hace referencia a la obra mitológica del caballo de Troya, o hasta la misma leyenda del gato, en la que los persas usando a este animal frente a sus escudos consiguieron su objetivo. Creo que la intención moral del autor en este episodio era mostrar como la inteligencia puede ser más efectiva que las armas.
En conclusión considero que esta es una película hecha con una agilidad narrativa impecable, en la que la música, el guión, el movimiento de cámaras y la iluminación nos enseñan que el cine de terror también es una obra de arte, porque logra generar en el espectador una cantidad infinita de sensaciones y pensamientos, que nos identifican con los personajes y sus historias.
4 comentarios:
4 de abril de 2011, 11:33
¡Qué buen texto Diana! Estoy muy complacido... En la medida que vayamos viendo más cosas, se irá incrementando el nivel de nuestras lecturas, pero esta me pareció muy chévere para empezar. Te felicito.
4 de abril de 2011, 17:24
Muy interesante tema.
En especial la relación entre el miedo adjudicado a un objeto real que simboliza algo desconocido a lo que se le otorga un valor terrorifico en las culturas (tengamos en cuenta que la religion suele tener funciones cohersitivas en las sociedades).
Como bien lo mencionas no podemos desligarnos del miedo impuesto por la iglesia a la seduccion femenina y a cuaquier cosa que pudiera ser relacionado con el demonio.
El gato negro, por ser gato, es independiente, hace lo que quiere; por ser negro, es del color de la noche (que por alguna razon que desconozco era el color del que vestian las brujas: negro); Por ser ágil, se mueve como una serpiente y por lo tanto cómo una mujer..., por ser rechazado, deambula por lugares prohibidos en la noche y por último, por ser felino le gusta la carne y sus ojos claros y dotados para la obsrvacion nocturna, así como el hecho de dejarse domesticar aún siendo un animal tan apatico, lo hacen un ser sumamente enigmatico; lo que sumado al no poder hablar se vuelve blanco de multiples supersticiones culturales a nivel mundial.
Sería interesante saber si tienen 7 o 9 vidas y por qué.
4 de abril de 2011, 17:39
Muy interesante tema.
En especial la relación entre el miedo adjudicado a un objeto real que simboliza algo desconocido a lo que se le otorga un valor terrorifico en las culturas (tengamos en cuenta que la religion suele tener funciones cohersitivas en las sociedades).
Como bien lo mencionas no podemos desligarnos del miedo impuesto por la iglesia a la seduccion femenina y a cuaquier cosa que pudiera ser relacionado con el demonio.
El gato negro, por ser gato, es independiente, hace lo que quiere; por ser negro, es del color de la noche (que por alguna razon que desconozco era el color del que vestian las brujas: negro); Por ser ágil, se mueve como una serpiente y por lo tanto cómo una mujer..., por ser rechazado, deambula por lugares prohibidos en la noche y por último, por ser felino le gusta la carne y sus ojos claros y dotados para la obsrvacion nocturna, así como el hecho de dejarse domesticar aún siendo un animal tan apatico, lo hacen un ser sumamente enigmatico; lo que sumado al no poder hablar se vuelve blanco de multiples supersticiones culturales a nivel mundial.
Sería interesante saber si tienen 7 o 9 vidas y por qué.
7 de abril de 2013, 16:04
http://lawebdelgatonegro.wordpress.com/2011/09/27/el-gato/
Publicar un comentario